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Salud INFANTIL
Información y recomendaciones de 0 a 6 años
Comer o no comer,
Falsedades y mitos de la alimentación
Después de leer e investigar sobre alimentación infantil y métodos infalibles, nos seguimos haciendo las mismas preguntas ¿come bien mi hijo? ¿Está desnutrido? ¿Se quedará con hambre? ¿Debería comer más rápido?... y así, continuamente.
Una de las cosas más importantes que consideramos que se deben de llevar a cabo a la hora de educar este hábito tan importante, es acostumbrar al niño a seguir unas rutinas a la hora de comer. No valen estrategias, ni recompensas, ni distracciones. La hora de la comida debe ser un ritual, es decir, debemos crear un ambiente tranquilo, relajado dónde el niño esté solo con su sillita, su vaso, su cuchara y su plato, sin nada que le distraiga.
A partir de este momento, ¿comerá o no comerá? Sí, pero es necesario que desde un principio se sigan las mismas rutinas y pautas, ello favorecerá que el niño coma sin problemas.
Es necesario diferenciar entre hambre, una necesidad fisiológica, y apetito, un simple capricho psicológico del niño, ya que puede llegar a tener una serie de repercusiones. Hay que prestar atención al hambre, ya que debemos cubrir las necesidades fisiológicas del niño, y no el apetito, que es tan solo un antojo.
Por ejemplo, una de las consecuencias que puede suponer la conducta de los padres hacia los niños a la hora de comer debido al miedo de que una sufran una desnutrición, es la aparición de la anorexia psicoafectiva, que surge cuando el niño se siente presionado por los padres y acausa coma menos, o en el caso contrario, sobrepeso, que es la cantidad excesiva de alimentos en cada comida.
Por lo tanto, no se deberían cometer ciertos errores, como los siguientes:
1. Marcar las cantidades exactas de alimento que el niño/a tiene que ingerir durante las comidas.
2. Pensar que el niño debería comer más rápido. Es aconsejable respetar su ritmo.
3. Darle comida entre horas, pues no cualquier momento sea bueno para comer.
4. Obsesionarse con que el niño coma.
5. Ir cambiando continuamente de alimentos para ver que le gusta.
6. Dar cualquier alimento, como bollería, etc… por miedo a que el niño se quede con hambre.
7. Tapar los alimentos con otros sabores para adaptarlos al gusto de él, por ejemplo cubrir las comidas con kétchup.
Respecto a la primera comida, siempre nos preocupa que es mejor para nuestro hijo/a si el pecho o biberón. Muchos estudios demuestran que tanto el biberón como el pecho siempre se pueden dar a demanda del niño/a, independientemente del horario y la cantidad.
En el caso, de que el niño tome leche materna, nos podemos encontrar con el mito de los 10 minutos, esto consiste en que el niño tiene que estar succionando en cada pecho un máximo de 10 minutos, sin embargo en este periodo el niño no está recibiendo los nutrientes suficientes, ya que al principio el niño se encuentra con leche desnatada, al paso de los minutos, semidesnatada, y con el paso del tiempo llega a salir entera con tod el aporte calórico que el niño necesita.
Son diferentes los métodos que se utilizan, para conseguir que un niño coma, entre ellos hemos querido destacar el siguiente:
- Métodos que aplican un límite de tiempo para comer. Muchos autores nos proponen aplicar 10-15 minutos para desayuno y merienda, 30 minutos para comida y cena. Y si en ese tiempo no se come todo el alimento, se le retira la comida. ¿Es eficaz cumplir estos tiempos? Nunca lo sabremos porque cada niño es diferente.
Elijamos el método que elijamos, siempre lo debemos de reforzar con estimulación positiva o refuerzos positivos, además establecer una comunicación con el niño para que se sienta tranquilo. Siempre valorando su esfuerzo y valentía.
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